domingo, 5 de mayo de 2013

DESDE LA VENTANA

Aclaración: Escrito para la revista “PARTE DE RESIDENCIA, Nº0” Enero 2003

DESDE LA VENTANA
Cuando uno camina por la calle y al pasar por una casa percibe que el dueño ha decidido que en la misma entre la luz y la ventilación, su ventana, su cortina, su persiana está abierta: por lo cual él ve hacia fuera y deja entrar no sólo lo dicho anteriormente sino también las miradas de los transeúntes. No me van a decir que nunca miraron por simple curiosidad hacia dentro de esa casa, porque creo que estarían mintiendo o ¿yo sola soy voyeur?
En realidad hacemos como si involuntariamente nuestra mirada se depositara por un segundo allí, en esa otra realidad y estuviéramos por unos instantes en ese comedor, cocina, dormitorio con esos muebles, esa decoración, esos aromas, sonidos, personas y animalitos. Pensamos ¿podría yo vivir allí, me gustaría?
Y bueno, es así que me he fijado, al caminar por las callecitas del hospital, que éste está inundado de ventanas y no puedo evitar husmear. Si se fijan verán que no todas las ventanas se encuentran a la misma altura, en algunas al mirar vemos sentadas a personas un metro abajo, un metro arriba o a la misma altura que el exterior, participamos ese segundo de una fracción de conversación, de una situación, de una queja, de un abrazo, de un grito, de un llanto, de una risa.
Soy concurrente de primer año de Terapia Ocupacional, este es el primer año que el Hospital recibe concurrentes de esta especialidad. Estoy en la sala de internación de psicopatología. Es así que junto con otros profesionales coordinamos distintas actividades grupales en la sala. Por lo tanto es probable que asomándose por la ventana nos vean y los veamos, ya que solemos tener las ventanas abiertas. Vieron? No sólo se pueden tener las puertas abiertas sino también las ventanas, es más, a veces no se puede tener la puerta abierta pero sí la ventana. Si me ven soy una persona de sexo femenino, estrenando los treinta, delgada pero con una prominente pancita que se asoma y no por incapacidad para suprimir los postres, sino porque tengo un invitado esperado en la casa.
Es sabido que es difícil pedirle a un paciente de psicopato que evite fumar, por lo cual tengo la complicación de dejar entrar en mi casa ventilación para el invitado. Es así que en alguna de las actividades grupales de la sala debo participar desde la ventana. No es lo mismo, y eso es tal vez lo que estoy intentando decir. Desde la ventana las cosas se ven distintas pero no por eso irreales. Es tal vez, una realidad distinta.
Como primeriza quiero saber todo de mi invitado. De esta manera puedo brindarle las mejores comodidades para su estadía y además no puedo evitar mi ansiedad. Me causó gracia cuando al comentarle al Obstetra que estaba deseosa de hacerme la próxima ecografía, me dijo: “Por qué lo querés estar espiando?” A decir verdad, pensé, tiene razón es como si lo estuviera espiando. El tema es que si es difícil no detener la mirada en la ventana al pasar por casa ajena, imagínense si tengo un invitado encerrado en una habitación que no sale de allí hace unos meses, y siento que comienza  a hacer golpecitos, que luego van aumentando su intensidad, ¿está haciendo refacciones en casa? Porque siento que mi casa se agranda. Yo digo, Uds. no sentirían curiosidad de asomar sus ojos por la mirilla o la cerradura o yo sola soy voyeur?
Algunos pacientes también a veces participan desde la ventana, hay veces que uno prefiere participar sentado en la ventana, lo cual dificulta escuchar todo lo que sucede dentro y vivenciarlo de la misma manera. Pero indudablemente debe traer otros beneficios…
¿Cuántas veces nos sucede que tenemos que mirar las cosas desde la ventana, cuantas veces deberíamos entrar, cuantas veces nos conviene mirar hacia el otro lado?
Saben que significa la palabra concurrir? Según mi Aristos: “Reunirse en un mismo lugar o tiempo muchas personas, cosas o sucesos.” Compartir un mismo lugar, un mismo tiempo, un consultorio, un aula, una sala, un hospital, un barrio, un país, una realidad, varias realidades, varias miradas, varios cuerpos, una persona dentro de otra, una persona con otra, una ventana, una puerta, conociéndonos?
Y sí en fin, concurro y a veces me siento extraña teniendo que permanecer en la cornisita de la ventana, me siento extraña debiendo evitar espiar, me siento extraña afuera…

T.O. Mariana Alejandra Méndez, Concurriendo.


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