En realidad uno le teme a su propia energía.
Nos educaron con miedo al éxito, nos enseñaron
a callar y a aceptar lo dicho, lo impuesto, nos quitaron el potencial y la
propia sabiduría. En realidad cuando nos rebelamos ante este tipo de
situaciones, la lucha es con uno mismo intentando ser uno. Por ejemplo: el
ejercicio de la escritura automática te conecta con tu yo superior, pero tiene
que ser automática de la misma manera que en mis shows cuando apago el
pensamiento “otro” se ocupa de mí, cuando no entorpezco y suelto el timón
siendo yo misma en ese momento sin pensar se convierte en riqueza, en toda esa
riqueza que habita en mí, pero yo me lo tengo que creer y explorar, sacarlo
para verlo y conocerlo. Cuando lo escribo se trata de no pensar, esa es una buena
manera de escucharse o autoempatizar o empatizarte como yo le llamo, el tema es
que soy media visionaria y estoy adelantada a la concreción de mi potencial y
en vez de reservarme voy haciendo ensayo y error, voy aprendiendo, al haber
sido esta mi manera de funcionar, tengo mucho material para aprovechar, mi don
son los recursos emocionales y de autoanálisis, más las experiencias vividas,
el arte me permite plasmar de alguna manera eso para que llegue a algún lado,
es la creatividad caminando igual que en la vida. Lo rico de MAUKE es eso
desprolijidad, cambio de planes, emoción, humanidad, presente e improvisación
que nos presenta ante nuestros ojos un reflejo de nuestra propia humanidad.
Es un espectáculo de autoreconocimiento de todo
eso que buscamos callar o de todo eso que preferimos no ver.
Esto es lo vanguardista que vive en mí y trato
de hacerme cargo, pero no se trata de quedarse sólo en el error, sino también
rescatar los aciertos. Yo creo que con dejar esto explícito luego se puede ser
libre, es como decir mirá esto es lo que soy, esto es lo que somos, a veces
esto, también aquello, un poco de aquí y un poco de allá, dejar de pensar por
el otro para pensar en el otro. Qué puedo dar, realmente dar que esté en tu
corazón. Es así de sencillo como esa letra, algo tan sencillo como mi tema “Te
puedo mandar” pero claro no entra en ningún lado porque es vanguardista, es
humanidad, es arte ancestral, es el comienzo del teatro, de la música, la
necesidad de autoconocimiento, reconocimiento, expresión más allá de los
convencionalismos sociales. Es dejar de estar contaminado por el que dirán, yo
vine a decirles esto, así habló Zaratustra*. Ahora bien si estoy loca, me lo
dicen los E.T. o mi abuela fallecida, mi cabeza, mi corazón, no importa porque
yo solo voy a ser un espejo, nada más. Entonces la energía va y viene pero yo
sólo conservaré la felicidad de estar haciendo eso en lo que creo, eso que me
da paz, me regocija. Ya no me importa el que dirán, no se trata de cantidad
sino de calidad y de asumir el sacrificio de ser un canal, de ser uke, de ser
el ave kiwi, de ser MAUKE, de ser Juan Salvador Gaviota.
No puedo esperar que se entienda algo que no
está dentro de la norma hoy en día.
Y de hecho hoy me animo lo suficiente porque yo
pude apreciar que cada uno tiene su verdad, pero en mi caso busco inspirar,
motivar, creando y recreando mi vida. No se trata de que te guste, se trata de
que vibres, de que te sientas contenido, amado, pero desde mi lugar, desde mi
energía. No puedo hacerlo desde otra distinta. Por lo tanto ya falta menos pero
se trata de sostenerme un poco más, mas allá de todo, de cualquier opinión,
porque ya más adelante podremos entender todo esto mejor, por el momento donde
podamos cocinar lo haremos y luego evaluaremos porque… el tiempo pasa y nos
vamos poniendo viejos pero espero que más sabios también.
Y de todas maneras yo agradezco todo mi pasado
porque es el que me ha traído al presente, por lo tanto sólo puedo amar y
perdonar y creer definitivamente que todo sucede por alguna razón, que todo
esto se trata de aprender, de conocer, de evolucionar, no se trata de mejorar,
no se trata de lindo o feo, esos son adjetivos, no tienen movimiento, no hay
acción detrás.
Realmente creo entender el por qué de mi
identificación con Facundo Cabral. Nos hemos
alejado tanto de la esencia, del amor. Es tan bonito no hablar desde el ego, te
llena tanto lograr hablar desde el amor universal que es el verdadero placer,
el conectarse con la fuente, fuera del saber popular, cerca del saber
ancestral.
La cultura es propia de las sociedades, el alma
tiene otro recorrido, otra historia. Ha nacido y morirá en la infinidad de
testigos que intentan manipular como vos en este momento su cerebro, su birome,
me causan gracia este tipo de intervenciones que uds. controlan siendo uds. mismos
sus propios enemigos.
Confiaron en la cultura y la cultura termina
siendo la tirana del recorrido y proceso del alma, le han quitado su poder, su
libertad y esto ha hecho que desconfíen de uds. mismos.
Es inaudito que quieran seguir usurpando
aquello que no les pertenece, poniendo nombre a lo innombrable, viviendo una
tiranía sin precedentes.
Que ironía estar escribiendo con la birome de
Tierra Santa, en el fondo no me importa si es el Papa, Buda o Pest, el que les
diga las cosas mientras las escuchen, qué estupidez creerse tan sabelotodos y
tan encumbrados que olvidan aquello que debían recordar.
Falta poco mariana, falta poco, ya vas a poder
apreciar que no estás sola, el día que puedas sentir nuestra compañía en esta
ruta, en este viaje que elegiste, y si en un punto sos un caballo salvaje con
la suficiente fuerza…necesitamos que no te desboques para poder ser unicornio,
el unicornio con alas, mezcla de caballo, ave y trenza avatar ¿para qué tiene
el cuerno el unicornio*? Deberías indagar sobre eso, deberías bucear dentro
tuyo hasta las últimas consecuencias para lograr trazar y marcar el camino que
te ha sido encomendado y que tú misma has elegido para alcanzar tu maestría.
Si quieres preguntarme, pregunta nomás, te
responderé. Buscar textos bíblicos Tomás*. La pregunta es: hasta dónde te
atreves a llegar? Piensa en comunicar, cree en tu material y luego verás que el
resto lo verá. Y así será.
Mariana Méndez
17/07/2013
NOTAS AL MARGEN
Luego de terminar la escritura automática lo
releí con mi otro hemisferio y busqué sobre la frase “así habló Zaratustra”,
sobre el unicornio y sobre Tomás. Ya que estos fueron datos que se “me pidió”
que busque o en el caso de Zaratustra realmente no recuerdo nada de qué se
trataba…recuerdo que alguna vez cuando estudiaba Letras creo que en Filosofía
del ciclo básico común algo leí.
*“Así habló Zaratustra”
Así habló Zaratustra. Un
libro para todos y para nadie (título
original en alemán: Also sprach Zarathustra. Ein Buch
für Alle und Keinen / Así
hablóZarathustra. Un
libro para todos y para nadie.n. 1 ) es una obra escrita entre 1883 y 1885 por el
filósofo alemán Friedrich
Nietzsche.
En esta obra nietzscheana
aparece completamente definida por primera vez la idea del eterno retorno de lo
mismo.
Zaratustra es un
ermitaño que vive recluido en la montaña, donde a lo largo de su retiro
reflexiona sobre la vida y la naturaleza del hombre. Una vez siente que es el
momento adecuado, decide regresar al mundo para comunicarle el fruto de su
conocimiento. Esto queda patente al principio del prólogo con la frase:
Estoy hastiado de mi
sabiduría como la abeja que ha recogido demasiada miel, tengo necesidad de
manos que se extiendan.2
La autosuperación de moral
por veracidad, la autosuperación del moralista en su antítesis, es lo que
significa en mi boca el nombre Zaratustra.3
Zaratustra fue
históricamente el ordenador primario de los valores del bien y del mal. Ahora
ha de ser el «transmutador de esos valores», en una nueva escala inédita en la
historia de occidente. No será el hombre el ejecutante. El hombre es algo que
debe ser superado, porque es un «ocaso» y un «puente» que debe conducir al Übermensch.
El Übermensch encarnará un nuevo tipo de hombre, del
cual en la historia ha habido, en determinadas épocas brillantes y
excepcionales, sólo «atisbos que lo bosquejaban». El Übermensch ha de ser un hombre desgajado de toda
forma de «trasmundo», de todo paradisíaco más allá, de todo mundo celestial.
Será fiel a la «tierra», lo que quiere decir, a su destino y a la realidad. La
mediocridad de la moral occidental, vigente desde el triunfo del cristianismo,
entrará en su definitivo ocaso.
Dios deviene en una
figura en extinción. Ya no sustentará falsos valores, escalas erróneas de
valores. No uno sino todos los dioses se extinguirán y esa ausencia permitirá
al hombre obtener su plenitud. Sólo vivirá la vida, y la vida es siempre,
cuando no es acallada por la mentira y por la falsa moral, «voluntad de poder».
Voluntad de más vida, que ama los hechos tal como son y busca la superación.
* “Unicornio”
El unicornio es una criatura mitológica representada habitualmente como
un caballo blanco con patas de antílope, barba
de chivo, y un cuerno en su frente. En las
representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose
en la existencia del cuerno mencionado.
El
unicornio es un animal fabuloso protagonista de numerosas historias y leyendas.
En la Edad Media
estaba considerado como un animal fabuloso capaz de derrotar a animales más
fuertes físicamente, incluso elefantes.
Durante
la Edad Media era perseguido por su cuerno ya
que brindaba protección contra todos los venenos así como enfermedades, lo cual
lo hacía muy longevo a quien se lo administraba; los nobles y los hombres
buscaban estos dones consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y
bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este
remedio contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras
astronómicas. De este modo creían que jamás podrían ser envenenados.
El
unicornio era un animal de hábitos solitarios y muy esquivo, pero igualmente
agresivo, así que su caza era particularmente difícil.
A su
vez simbolizaba la virginidad, es
por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se simplificaba mucho
cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que atraer a la criatura y
amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más sencillo.
*
“Tomás”
Tomás,
llamado también Judas Tomás
Dídimo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Tomás
significa "gemelo" en arameo, y
Dídimo tiene el mismo significado en griego.
El evangelio
de Tomás, hallado en Nag Hammadi, comienza así: "Estas son las
palabras secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás
consignó por escrito".
Evangelio de Tomás, apócrifo descubierto en 1945 en Nag Hammadi. Si bien el ejemplar consevado
pertenece a la primera mitad del siglo IV, muchos estudiosos consideran que la
obra en sì es mucho más antigua; las fechas de composición, no obstante, varían
entre el siglo I, con lo cual sería contemporáneo de
los evangelios canónicos, y el siglo III. Se trata de un conjunto de 114
dichos de Jesús, sin material narrativo, producto de sus conversaciones con los
discípulos. El evangelio de Tomás hace especial hincapié en que el Reino de Dios está dentro de nosotros:
Si vuestros guías os
dicen que Reino está en el cielo, los pájaros os precederán. Si os dicen que
está en el mar, entonces los peces os precederán. El Reino está dentro de
vosotros y fuera de vosotros.
...cuando os lleguéis a
conocer, entonces seréis conocidos y sabréis que vosotros sois los hijos del
padre viviente.
En el
siglo XVII el matemático e historiador mexicano Carlos
de Sigüenza y Góngora volvió
a suponer, al parecer, que el apóstol Santo Tomás habría en realidad predicado
no en la India
sino en las Indias, y que su recuerdo se habría transformado en los aborígenes
prehispanos en la figura de Quetzalcóatl.
Los
partidarios de la datación temprana argumentan que —dado que el Evangelio de Tomás se compone sobre todo de material
original y no parece basarse en los evangelios canónicos— debe haber sido
escrito partiendo de una tradición oral. Dado que sólo en el siglo I fue considerada la tradición
oral como fuente de autoridad, el Evangelio
de Tomás debió haberse
escrito en esta época.
Contenido
Consta de 114
sentencias, que comienzan con la fórmula «Jesús dijo» o «Él dijo». Enfatizan en
la sencillez, en la sinceridad y en la renuncia al poder mundano:
Estas son las palabras
secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por
escrito.
1. Y dijo: «Quien
encuentre el sentido de estas palabras no gustará la muerte».
2. Dijo Jesús: «El que
busca no debe dejar de buscar hasta tanto que encuentre. Y cuando encuentre se
estremecerá, y tras su estremecimiento se llenará de admiración y reinará sobre
el universo».
3. Dijo Jesús: «Si
aquellos que os guían os dijeren: Ved, el Reino está en el cielo, entonces las
aves del cielo os tomarán la delantera. Y si os dicen: Está en la mar, entonces
los peces os tomarán la delantera. Mas el Reino está dentro de vosotros y fuera
de vosotros. Cuando lleguéis a conoceros a vosotros mismos, entonces seréis
conocidos y caeréis en la cuenta de que sois hijos del Padre Viviente. Pero si
no os conocéis a vosotros mismos, estáis sumidos en la pobreza y sois la
pobreza misma».
4. Dijo Jesús: «No
vacilará un anciano a su edad en preguntar a un niño de siete días por el lugar
de la vida, y vivirá; pues muchos primeros vendrán a ser últimos y terminarán
siendo uno solo».
5. Dijo Jesús: «Reconoce
lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues
nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto».
6. Le preguntaron sus
discípulos diciéndole: «¿Quieres que ayunemos? ¿Y de qué forma hemos de orar y
dar limosna, y qué hemos de observar respecto a la comida?» Jesús dijo: «No
mintáis ni hagáis lo que aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya
que nada hay oculto que no termine por quedar manifiesto y nada escondido que
pueda mantenerse sin ser revelado».
7. Jesús dijo: «Dichoso
el león que al ser ingerido por un hombre se hace hombre; abominable el hombre
que se deja devorar por un león y éste se hace hombre».
8. Y dijo: «El hombre se
parece a un pescador inteligente que echó su red al mar y la sacó de él llena
de peces pequeños. Al encontrar entre ellos un pez grande y bueno, aquel
pescador inteligente arrojó todos los peces pequeños al mar y escogió sin
vacilar el pez grande».
9. Dijo Jesús: «He aquí
que el sembrador salió, llenó su mano y desparramó. Algunos (granos de
simiente) cayeron en el camino y vinieron los pájaros y se los llevaron. Otros
cayeron sobre piedra y no arraigaron en la tierra ni hicieron germinar espigas
hacia el cielo. Otros cayeron entre espinas —éstas ahogaron la simiente— y el
gusano se los comió. Otros cayeron en tierra buena y (ésta) dio una buena
cosecha, produciendo 60 y 120 veces por medida».
10. Dijo Jesús: «He
arrojado fuego sobre el mundo y ved que lo mantengo hasta que arda».
11. Dijo Jesús: «Pasará
este cielo y pasará asimismo el que está encima de él. Y los muertos no viven
ya, y los que están vivos no morirán. Cuando comíais lo que estaba muerto, lo
hacíais revivir; ¿qué vais a hacer cuando estéis en la luz? El día en que erais
una misma cosa, os hicisteis dos; después de haberos hecho dos, ¿qué vais a
hacer?».
12. Los discípulos
dijeron a Jesús: «Sabemos que tú te irás de nuestro lado; ¿quién va a ser el
mayor entre nosotros?» Díjoles Jesús: «Dondequiera que os hayáis reunido,
dirigíos a Santiago el Justo, por quien el cielo y la tierra fueron creados».
13. Dijo Jesús a sus
discípulos: «Haced una comparación y decidme a quién me parezco». Dijóle Simón
Pedro: «Te pareces a un ángel justo». Díjole Mateo: «Te pareces a un filósofo,
a un hombre sabio». Díjole Tomás: «Maestro, mi boca es absolutamente incapaz de
decir a quién te pareces». Respondió Jesús: «Yo ya no soy tu maestro, puesto
que has bebido y te has emborrachado del manantial que yo mismo he medido».
Luego le tomó consigo, se retiró y le dijo tres palabras. Cuando Tomás se
volvió al lado de sus compañeros, le preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha
dicho Jesús?» Tomás respondió: «Si yo os revelara una sola palabra de las que
me ha dicho, cogeríais piedras y las arrojaríais sobre mí: entonces saldría fuego
de ellas y os abrasaría».
14. Díjoles Jesús: «Si
ayunáis, os engendraréis pecados; y si hacéis oración, se os condenará ; y
si dais limosnas, haréis mal a vuestros espíritus. Cuando vayáis a un país
cualquiera y caminéis por las regiones, si se os recibe, comed lo que os
presenten (y) curad a los enfermos entre ellos. Pues lo que entra en vuestra
boca no os manchará, mas lo que sale de vuestra boca, eso sí que os manchará».
15. Dijo Jesús: «Cuando
veáis al que no nació de mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: Él es
vuestro padre».
16. Dijo Jesús: «Quizá
piensan los hombres que he venido a traer paz al mundo, y no saben que he
venido a traer disensiones sobre la tierra: fuego, espada, guerra . Pues cinco
habrá en casa: tres estarán contra dos y dos contra tres, el padre contra el
hijo y el hijo contra el padre. Y todos ellos se encontrarán en soledad».
17. Dijo Jesús: «Yo os
daré lo que ningún ojo ha visto y ningún oído ha escuchado y ninguna mano ha
tocado y en ningún corazón humano ha penetrado».
18. Dijeron los
discípulos a Jesús: «Dinos cómo va a ser nuestro fin». Respondió Jesús: «¿Es
que habéis descubierto ya el principio para que preguntéis por el fin? Sabed
que donde está el principio, allí estará también el fin. Dichoso aquel que se
encuentra en el principio: él conocerá el fin y no gustará la muerte».
19. Dijo Jesús: «Dichoso
aquel que ya existía antes de llegar a ser. Si os hacéis mis discípulos (y)
escucháis mis palabras, estas piedras se pondrán a vuestro servicio. Cinco
árboles tenéis en el paraíso que ni en verano ni en invierno se mueven y cuyo
follaje no cae: quien los conoce no gustará la muerte».
20. Dijeron los
discípulos a Jesús: «Dinos a qué se parece el reino de los cielos». Díjoles:
«Se parece a un grano de mostaza, que es (ciertamente) la más exigua de todas
las semillas, pero cuando cae en tierra de labor hace brotar un tallo (y) se
convierte en cobijo para los pájaros del cielo».
21. Dijo Mariham a
Jesús: «¿A qué se parecen tus discípulos ?» Él respondió: «Se parecen a
unos muchachos que se han acomodado en una parcela ajena. Cuando se presenten
los dueños del terreno les dirán: Devolvednos nuestra finca. Ellos se sienten
desnudos en su presencia al tener que dejarla y devolvérsela». Por eso os digo:
«Si el dueño de la casa se entera de que va a venir el ladrón, se pondrá a
vigilar antes de que llegue y no permitirá que éste penetre en la casa de su
propiedad y se lleve su ajuar. Así, pues, vosotros estad también alerta ante el
mundo, ceñid vuestros lomos con fortaleza para que los ladrones encuentren
cerrado el paso hasta vosotros; pues (si no) darán con la recompensa que
vosotros esperáis. ¡Ojalá surja de entre vosotros un hombre sabio que —cuando
la cosecha hubiere madurado— venga rápidamente con la hoz en la mano y la siegue!
El que tenga oídos para oír, que oiga».
22. Jesús vio unas
criaturas que estaban siendo amamantadas y dijo a sus discípulos: «Estas
criaturas a las que están dando el pecho se parecen a quienes entran en el
Reino». Ellos le dijeron: «¿Podremos nosotros —haciéndonos pequeños— entrar en
el Reino?» Jesús les dijo: «Cuando seáis capaces de hacer de dos cosas una, y
de configurar lo interior con lo exterior, y lo exterior con lo interior, y lo
de arriba con lo de abajo, y de reducir a la unidad lo masculino y lo femenino,
de manera que el macho deje de ser macho y la hembra hembra; cuando hagáis ojos
de un solo ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie y
una imagen en lugar de una imagen, entonces podréis entrar [en el Reino]».
23. Dijo Jesús: «Yo os
escogeré uno entre mil y dos entre diez mil; y resultará que ellos quedarán
como uno solo».
24. Dijeron sus
discípulos: «Instruyenos acerca del lugar donde moras, pues sentimos la
necesidad de indagarlo». Díjoles: «El que tenga oídos, que escuche: en el
interior de un hombre de luz hay siempre luz y él ilumina todo el universo; sin
su luz reinan las tinieblas».
25. Dijo Jesús: «Ama a
tu hermano como a tu alma; cuídalo como la pupila de tu ojo».
26. Dijo Jesús: «La paja
en el ojo de tu hermano, sí que la ves; pero la viga en el tuyo propio, no la
ves. Cuando hayas sacado la viga de tu ojo, entonces verás de quitar la paja
del ojo de tu hermano».
27. (Dijo Jesús): «Si no
os abstenéis del mundo, no encontraréis el Reino; si no hacéis del sábado sábado,
no veréis al Padre».
28. Dijo Jesús: «Yo
estuve en medio del mundo y me manifesté a ellos en carne. Los hallé a todos
ebrios (y) no encontré entre ellos uno siquiera con sed. Y mi alma sintió dolor
por los hijos de los hombres, porque son ciegos en su corazón y no se percatan
de que han venido vacíos al mundo y vacíos intentan otra vez salir de él. Ahora
bien: por el momento están ebrios, pero cuando hayan expulsado su vino,
entonces se arrepentirán».
29. Dijo Jesús: «El que
la carne haya llegado a ser gracias al espíritu es un prodigio; pero el que el
espíritu (haya llegado a ser) gracias al cuerpo, es prodigio [de prodigios]. Y
yo me maravillo cómo esta gran riqueza ha venido a alojarse en esta pobreza».
30. Dijo Jesús:
«Dondequiera que hubiese tres dioses, dioses son; dondequiera que haya dos o
uno, con él estoy yo».
31. Dijo Jesús: «Ningún
profeta es aceptado en su aldea; ningún médico cura a aquellos que le conocen».
32. Dijo Jesús: «Una
ciudad que está construida (y) fortificada sobre una alta montaña no puede caer
ni pasar inadvertida».
33. Dijo Jesús: «Lo que
escuchas con uno y otro oído, pregónalo desde la cima de vuestros tejados; pues
nadie enciende una lámpara y la coloca bajo el celemín o en otro lugar
escondido, sino que la pone sobre el candelero para que todos los que entran y
salen vean su resplandor».
34. Dijo Jesús: «Si un
ciego guía a otro ciego, ambos caen en el hoyo».
35. Dijo Jesús: «No es
posible que uno entre en la casa del fuerte y se apodere de ella (o de él) de
no ser que logre atarle las manos a éste: entonces sí que saqueará su casa».
36. Dijo Jesús: «No
estéis preocupados desde la mañana hasta la noche y desde la noche hasta la
mañana (pensando) qué vais a poneros».
37. Sus discípulos
dijeron: «¿Cuándo te nos vas a manifestar y cuándo te vamos a ver?» Dijo Jesús:
«Cuando perdáis (el sentido de) la vergüenza y —cogiendo vuestros vestidos— los
pongáis bajo los talones como niños pequeños y los pisoteéis, entonces [veréis]
al Hijo del Viviente y no tendréis miedo».
38. Dijo Jesús: «Muchas
veces deseasteis escuchar estas palabras que os estoy diciendo sin tener a
vuestra disposición alguien a quien oírselas. Días llegarán en que me buscaréis
(y) no me encontraréis».
39. Dijo Jesús: «Los
fariseos y los escribas recibieron las llaves del conocimiento y las han
escondido: ni ellos entraron, ni dejaron entrar a los que querían. Pero
vosotros sed cautos como las serpientes y sencillos como las palomas».
40. Dijo Jesús: «Una
cepa ha sido plantada al margen del Padre y —como no está firmemente arraigada—
será arrancada de cuajo y se malogrará».
41. Jesús dijo: «A quien
tiene en su mano se le dará; y a quien nada tiene —aun aquello poco que tiene—
se le quitará».
42. Dijo Jesús: «Haceos
pasajeros».
43. Le dijeron sus
discípulos: «¿Quién eres tú para decirnos estas cosas?» [Jesús respondió]:
«Basándoos en lo que os estoy diciendo, no sois capaces de entender quién soy
yo; os habéis vuelto como los judíos, ya que éstos aman el árbol y odian su
fruto, aman el fruto y odian el árbol».
44. Dijo Jesús: «A quien
insulte al Padre, se le perdonará; y a quien insulte al Hijo, (también) se le
perdonará. Pero quien insulte al Espíritu Santo no encontrará perdón ni en la
tierra ni en el cielo».
45. Dijo Jesús: «No se
cosechan uvas de los zarzales ni se cogen higos de los espinos, (pues) éstos no
dan fruto alguno. [Un] hombre bueno saca cosas buenas de su tesoro; un hombre
malo saca cosas malas del mal tesoro que tiene en su corazón y habla maldades,
pues de la abundancia del corazón saca él la maldad».
46. Dijo Jesús: «Desde
Adán hasta Juan el Bautista no hay entre los nacidos de mujer nadie que esté
más alto que Juan el Bautista, de manera que sus ojos no se quiebren. Pero yo
he dicho: Cualquiera de entre vosotros que se haga pequeño, vendrá en
conocimiento del Reino y llegará a ser encumbrado por encima de Juan».
47. Dijo Jesús: «No es
posible que un hombre monte dos caballos y tense dos arcos; no es posible que
un esclavo sirva a dos señores, sino que más bien honrará a uno y despreciará
al otro. A ningún hombre le apetece —después de haber bebido vino añejo— tomar
vino nuevo; no se echa vino nuevo en odres viejos, no sea que éstos se rompan,
y no se echa vino añejo en odre nuevo para que éste no le eche a perder. No se
pone un remiendo viejo en un vestido nuevo, pues se produciría un rasgón».
48. Dijo Jesús: «Si dos
personas hacen la paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña:
¡Desaparece de aquí! Y ésta desaparecerá».
49. Dijo Jesús:
«Bienaventurados los solitarios y los elegidos: vosotros encontraréis el Reino,
ya que de él procedéis (y) a él tornaréis».
50. Dijo Jesús: «Si os
preguntan: ¿De dónde habéis venido?, decidles: Nosotros procedemos de la luz,
del lugar donde la luz tuvo su origen por sí misma; (allí) estaba afincada y se
manifestó en su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois vosotros.?, decid: Somos
sus hijos y somos los elegidos del Padre Viviente. Si se os pregunta: ¿Cuál es
la señal de vuestro Padre que lleváis en vosotros mismos?, decidles: Es el
movimiento y a la vez el reposo».
51. Le dijeron sus
discípulos: «¿Cuándo sobrevendrá el reposo de los difuntos y cuándo llegará el
mundo nuevo?» Él les dijo: «Ya ha llegado (el reposo) que esperáis, pero
vosotros no caéis en la cuenta».
52. Sus discípulos le
dijeron: «24 profetas alzaron su voz en Israel y todos hablaron de tí». El les
dijo: «Habéis dejado a un lado al Viviente (que está) ante vosotros ¡y habláis
de los muertos!».
53. Sus discípulos le
dijeron: «¿Es de alguna utilidad la circuncisión o no?» Y él les dijo: «Si para
algo valiera, ya les engendraría su padre circuncisos en el seno de sus madres;
sin embargo, la verdadera circuncisión en espíritu ha sido de gran utilidad».
54. Dijo Jesús:
«Bienaventurados los pobres, pues vuestro es el reino de los cielos».
55. Dijo Jesús: «Quien
no odie a su padre y a su madre, no podrá ser discípulo mío. Y (quien no) odie
a sus hermanos y hermanas (y no cargue) con su cruz como yo, no será digno de
mí».
56. Dijo Jesús: «Quien
haya comprendido (lo que es) el mundo, ha dado con un cadáver. Y quien haya
encontrado un cadáver, de él no es digno el mundo».
57. Dijo Jesús: «El
Reino del Padre se parece a un hombre que tenía una [buena] semilla. Vino de
noche su enemigo y sembró cizaña entre la buena semilla. Este hombre no
consintió que ellos (los jornaleros) arrancasen la cizaña, sino que les dijo:
No sea que vayáis a escardar la cizaña y con ella arranquéis el trigo; ya
aparecerán las matas de cizaña el día de la siega, (entonces) se las arrancará
y se las quemará».
58. Dijo Jesús:
«Bienaventurado el hombre que ha sufrido: ha encontrado la vida».
59. Dijo Jesús: «Fijad
vuestra mirada en el Viviente mientras estáis vivos, no sea que luego muráis e
intentéis contemplarlo y no podáis».
60. (Vieron) a un
samaritano que llevaba un cordero camino de Judea y dijo a sus
discípulos : «(¿Qué hace) éste con el cordero?» Ellos le dijeron: «(Irá) a
sacrificarlo para comérselo.» Y les dijo: «Mientras esté vivo no se lo comerá,
sino sólo después de haberlo degollado, cuando (el cordero) se haya convertido
en un cadáver». Ellos dijeron: «No podrá obrar de otro modo». El dijo:
«Vosotros aseguraos un lugar de reposo para que no os convirtáis en cadáveres y
seáis devorados».
61. Dijo Jesús: «Dos
reposarán en un mismo lecho: el uno morirá, el otro vivirá». Dijo Salomé:
«¿Quién eres tú, hombre, y de quién? Te has subido a mi lecho y has comido de
mi mesa». Díjole Jesús: «Yo soy el que procede de quien (me) es idéntico; he
sido hecho partícipe de los atributos de mi Padre». (Salomé dijo): «Yo soy tu
discípula». (Jesús le dijo): «Por eso es por lo que digo que si uno ha llegado
a ser idéntico, se llenará de luz; mas en cuanto se desintegre, se inundará de
tinieblas».
62. Dijo Jesús: «Yo
comunico mis secretos a los que [son dignos] de ellos. Lo que hace tu derecha,
no debe averiguar tu izquierda lo que haga».
63. Dijo Jesús: «Había
un hombre rico que poseía una gran fortuna, y dijo: Voy a emplear mis riquezas
en sembrar, cosechar, plantar y llenar mis graneros de frutos de manera que no
me falte de nada. Esto es lo que él pensaba en su corazón; y aquella noche se
murió. El que tenga oídos, que oiga».
64. Dijo Jesús: «Un
hombre tenía invitados. Y cuando hubo preparado la cena, envió a su criado a
avisar a los huéspedes. Fue (éste) al primero y le dijo: Mi amo te invita. Él
respondió: Tengo (asuntos de) dinero con unos mercaderes; éstos vendrán a mí
por la tarde y yo habré de ir y darles instrucciones; pido excusas por la cena.
Fuese a otro y le dijo: Estás invitado por mi amo. Él le dijo: He comprado una
casa y me requieren por un día; no tengo tiempo. Y fue a otro y le dijo: Mi amo
te invita. Y él le dijo: Un amigo mío se va a casar y tendré que organizar el
festín. No voy a poder ir; me excuso por lo de la cena. Fuese a otro y le dijo:
Mi amo te invita. Éste replicó: Acabo de comprar una hacienda (y) me voy a
cobrar la renta; no podré ir, presento mis excusas. Fuese el criado (y) dijo a
su amo: Los que invitaste a la cena se han excusado. Dijo el amo a su criado:
Sal a la calle (y) tráete a todos los que encuentres para que participen en mi
festín; los mercaderes y hombres de negocios [no entrarán] en los lugares de mi
Padre».
65. El dijo: «Un hombre
de bien poseía un majuelo y se lo arrendó a unos viñadores para que lo
trabajaran y así poder percibir de ellos el fruto. Envió, pues, a un criado
para que éstos le entregaran la cosecha del majuelo. Ellos prendieron al criado
y le golpearon hasta casi matarlo. Éste fue y se lo contó a su amo, quien dijo:
Tal vez no les reconoció; y envió otro criado. También éste fue maltratado por
los viñadores. Entonces envió a su propio hijo, diciendo ¡A ver si respetan por
lo menos a mi hijo! Los viñadores —a quienes no se les ocultaba que éste era el
heredero del majuelo— le prendieron (y) le mataron. El que tenga oídos, que
oiga».
66. Dijo Jesús: «Mostradme
la piedra que los albañiles han rechazado; ésta es la piedra angular».
67. Dijo Jesús: «Quien
sea conocedor de todo, pero falle en (lo tocante a) sí mismo, falla en todo».
68. Dijo Jesús:
«Dichosos vosotros cuando se os odie y se os persiga, mientras que ellos no
encontrarán un lugar allí donde se os ha perseguido a vosotros».
69. Dijo Jesús:
«Dichosos los que han sufrido persecución en su corazón: éstos son los que han
reconocido al Padre de verdad». (Dijo Jesús): «Dichosos los hambrientos, pues
el estómago de aquellos que hambrean se saciará».
70. Dijo Jesús: «Cuando
realicéis esto en vosotros mismos, aquello que tenéis os salvará; pero si no lo
tenéis dentro, aquello que no tenéis en vosotros mismos os matará».
71. Dijo Jesús: «Voy a
des[truir esta] casa y nadie podrá [re]edificarla».
72. [Un hombre] le [dijo]: «Di a mis hermanos que repartan conmigo los bienes
de mi padre». El replicó: «¡Hombre! ¿Quién ha hecho de mí un repartidor?» Y se
dirigió a sus discípulos, diciéndoles: «¿Es que soy por ventura un
repartidor?».
73. Dijo Jesús: «La
cosecha es en verdad abundante, pero los obreros son pocos. Rogad, pues, al
Señor que envíe obreros para la recolección».
74. El dijo: «Señor, hay
muchos alrededor del aljibe, pero no hay nadie dentro del aljibe».
75. Dijo Jesús: «Muchos
están ante la puerta, pero son los solitarios los que entrarán en la cámara
nupcial».
76. Dijo Jesús: «El
reino del Padre se parece a un comerciante poseedor de mercancías, que encontró
una perla. Ese comerciante era sabio: vendió sus mercancías y compró aquella
perla única. Buscad vosotros también el tesoro imperecedero allí donde no
entran ni polillas para devorar(lo) ni gusano para destruir(lo)».
77. Dijo Jesús: «Yo soy
la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido
de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una
piedra y allí me encontraréis».
78. Dijo Jesús: «¿A qué
salisteis al campo? ¿Fuisteis a ver una caña sacudida por el viento? ¿Fuisteis
a ver a un hombre vestido de ropas finas? [Mirad a vuestros] reyes y a vuestros
magnates: ellos son los que llevan [ropas] finas, pero no podrán reconocer la
verdad».
79. Le dijo una mujer de
entre la turba: «Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron».
El [le] respondió: «Bienaventurados aquellos que han escuchado la palabra del
Padre (y) la han guardado de verdad, pues días vendrán en que diréis: Dichoso
el vientre que no concibió y los pechos que no amamantaron».
80. Dijo Jesús: «El que
haya reconocido al mundo, ha encontrado el cuerpo. Pero de quien haya
encontrado el cuerpo, de éste no es digno el mundo».
81. Dijo Jesús: «Quien
haya llegado a ser rico, que se haga rey; y quien detente el poder, que
renuncie».
82. Dijo Jesús: «Quien
esté cerca de mí, está cerca del fuego; quien esté lejos de mí, está lejos del
Reino».
83. Dijo Jesús: «Las
imágenes se manifiestan al hombre, y la luz que hay en ellas permanece latente
en la imagen de la luz del Padre. Él se manifestará, quedando eclipsada su
imagen por su luz».
84. Dijo Jesús: «Cuando
contempláis lo que se os parece, os alegráis; pero cuando veáis vuestras
propias imágenes hechas antes que vosotros —imperecederas y a la vez
invisibles—, ¿cuánto podréis aguantar?».
85. Dijo Jesús: «El que
Adán llegara a existir se debió a una gran fuerza y a una gran riqueza; (sin
embargo), no llegó a ser digno de vosotros, pues en el supuesto de que hubiera
conseguido ser digno, [no hubiera gustado] la muerte».
86. Dijo Jesús: «[Las
zorras tienen su guarida] y los pájaros [su] nido, pero el Hijo del hombre no
tiene lugar donde reclinar su cabeza (y) descansar».
87. Dijo Jesús:
«Miserable es el cuerpo que depende de un cuerpo, y miserable es el alma que
depende de entrambos».
88. Dijo Jesús: «Los
ángeles y los profetas vendrán a vuestro encuentro y os darán lo que os
corresponde; vosotros dadles asimismo lo que está en vuestra mano, dádselo (y)
decíos: ¿Cuándo vendrán ellos a recoger lo que les pertenece?».
89. Dijo Jesús: «¿Por
qué laváis lo exterior del vaso? ¿Es que no comprendéis que aquel que hizo el
interior no es otro que quien hizo el exterior?».
90. Dijo Jesús: «Venid a
mí, pues mi yugo es adecuado y mi dominio suave, y encontraréis reposo para
vosotros mismos».
91. Ellos le dijeron:
«Dinos quién eres tú, para que creamos en ti». El les dijo: «Vosotros observáis
el aspecto del cielo y de la tierra, y no habéis sido capaces de reconocer a
aquel que está ante vosotros ni de intuir el momento presente».
92. Dijo Jesús: «Buscad
y encontraréis: mas aquello por lo que me preguntabais antaño —sin que yo
entonces os diera respuesta alguna— quisiera manifestároslo ahora, y vosotros
no me hacéis preguntas en este sentido».
93. [Dijo Jesús]: «No
echéis las cosas santas a los perros, no sea que vengan a parar en el muladar;
no arrojéis las perlas a los puercos, para que ellos no las [....]».
94. [Dijo] Jesús: «El
que busca encontrará, [y al que llama] se le abrirá».
95. [Dijo Jesús]: «Si
tenéis algún dinero, no lo prestéis con interés, sino dádselo a aquel que no va
a devolvéroslo».
96. [Dijo] Jesús: «El
reino del Padre se parece a [una] mujer que tomó un poco de levadura, la
[introdujo] en la masa (y) la convirtió en grandes hogazas de pan. Quien tenga
oídos, que oiga».
97. Dijo Jesús: «El
reino del [Padre] se parece a una mujer que transporta(ba) un recipiente lleno
de harina. Mientras iba [por un] largo camino, se rompió el asa (y) la harina
se fue desparramando a sus espaldas por el camino. Ella no se dio cuenta (ni)
se percató del accidente. Al llegar a casa puso el recipiente en el suelo (y)
lo encontró vacío».
98. Dijo Jesús: «El
reino del Padre se parece a un hombre que tiene la intención de matar a un
gigante: desenvainó (primero) la espada en su casa (y) la hundió en la pared
para comprobar la fuerza de su mano. Entonces dio muerte al gigante».
99. Los discípulos le
dijeron: «Tus hermanos y tu madre están afuera». El les dijo: «Los aquí
(presentes) que hacen la voluntad de mi Padre, éstos son mis hermanos y mi
madre; ellos son los que entrarán en el reino de mi Padre».
100. Le mostraron a
Jesús una moneda de oro, diciéndole: «Los agentes de César nos piden los
impuestos». El les dijo: «Dad a César lo que es de César, dad a Dios lo que es
de Dios y dadme a mí lo que me pertenece».
101. (Dijo Jesús): «El
que no aborreció a su padre y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo] mío;
y quien [no] amó [a su padre] y a su madre como yo, no podrá ser [discípulo]
mío; pues mi madre, la que [...], pero [mi madre] de verdad me ha dado la
vida».
102. Dijo Jesús: «¡Ay de
ellos, los fariseos, pues se parecen a un perro echado en un pesebre de
bueyes!: ni come, ni deja comer a los bueyes».
103. Dijo Jesús:
«Dichoso el hombre que sabe [por qué] flanco van a entrar los ladrones, de
manera que (le dé tiempo a) levantarse, recoger sus [...] y ceñirse los lomos
antes de que entren».
104. [Le] dijeron: «Ven,
vamos hoy a hacer oración y a ayunar». Respondió Jesús: «¿Qué clase de pecado
he cometido yo, o en qué he sido derrotado? Cuando el novio haya abandonado la
cámara nupcial, ¡que ayunen y oren entonces!».
105. Dijo Jesús: «Quien
conociere al padre y a la madre, será llamado hijo de prostituta».
106. Dijo Jesús: «Cuando
seáis capaces de hacer de dos cosas una sola, seréis hijos del hombre; y si
decís: ¡Montaña, trasládate de aquí!, se trasladará».
107. Dijo Jesús: «El
Reino se parece a un pastor que poseía cien ovejas. Una de ellas —la más
grande— se extravió. Entonces dejó abandonadas (las) noventa y nueve (y) se dio
a la búsqueda de ésta hasta que la encontró. Luego —tras la fatiga— dijo a la
oveja: Te quiero más que a (las) noventa y nueve».
108. Dijo Jesús: «Quien
bebe de mi boca, vendrá a ser como yo; y yo mismo me convertiré en él, y lo que
está oculto le será revelado».
109. Dijo Jesús: «El
Reino se parece a un hombre que tiene [escondido] un tesoro en su campo sin
saberlo. Al morir dejó el terreno en herencia a su [hijo, que tampoco] sabía
nada de ello: éste tomó el campo y lo vendió. Vino, pues, el comprador y —al
arar— [dio] con el tesoro; y empezó a prestar dinero con interés a quienes le
plugo».
110. Dijo Jesús: «Quien
haya encontrado el mundo y se haya hecho rico, ¡que renuncie al mundo!».
111. Dijo Jesús:
«Arrollados serán los cielos y la tierra en vuestra presencia, mientras que
quien vive del Viviente no conocerá muerte ni (...); pues Jesús dice: Quien se encuentra
a sí mismo, de él no es digno el mundo».
112. Dijo Jesús: «¡Ay de
la carne que depende del alma! ¡Ay del alma que depende de la carne!».
113. Le dijeron sus
discípulos: «¿Cuándo va a llegar el Reino?» (Dijo Jesús): «No vendrá con
expectación. No dirán: ¡Helo aquí! o ¡Helo allá!, sino que el reino del Padre
está extendido sobre la tierra y los hombres no lo ven».
114. Simón Pedro les
dijo: «¡Que se aleje Mariham de nosotros!, pues las mujeres no son dignas de la
vida». Dijo Jesús: «Mira, yo me encargaré de hacerla macho, de manera que
también ella se convierta en un espíritu viviente, idéntico a vosotros los
hombres: pues toda mujer que se haga varón, entrará en el reino del cielo».
El Evangelio según
Tomás.
En otros puntos, el
conjunto de las sentencias muestra importantes similitudes con la colección de
los dichos de Jesús (logia), también conocida como Q (del alemán Quelle, ‘fuente’), que se
supone fue utilizada para escribir los evangelios de Mateo y Lucas. Se
considera que la antigüedad del Evangelio
de Tomás es otra prueba de la
existencia de esa fuente común.