Dejo de
resistirme y suelto mis amarras una vez más. Hoy no puedo vaciar el llanto
acumulado, y por algo será. Yo creo que llegará finalmente el momento en que
llore de emoción y alegría. Toda mi vida ha sido un gran desafío y sé que eso
no va a cambiar.
Me encantaría
ser perfecta, pero soy perfectamente humana, verdaderamente vulnerable y hoy en
día extremadamente auténtica, cada día más, con la suficiente libertad para
reconocer mis sentimientos y permitir mis emociones.
No he
podido dejar mi pasado atrás como muchos me han sugerido. También me hubiese
gustado, pero yo elegí otro camino y yo no estoy avergonzada, estoy orgullosa
de las rutas que he tomado y los escollos que la vida me ha puesto delante.
Hoy quiero
viajar liviana. Sin resistirme, porque eso es nuevamente una perversión a mi
alma, cuando uno siente que tiene mucho para ofrecer y para dar. Por lo tanto
finalmente llego al principio encontrando el inicio al final. El perdón y
agradecimiento a todo lo vivido. Trabajé toda mi vida para llegar a este momento.
Insisto,
hoy, quiero viajar liviana contra toda la heteronimia busco ser autónoma.
Soy una
artesana de mi vida. Eso es lo que soy, cada momento de mi vida cambia y acepto
la transmutación. Acepto morir y renacer. Han sido años de conocer la muerte y
buscar encontrar la vida en el camino.
Soy la
expresión de la libertad pero quiero vivir en libertad. Ya no callo más y
aunque a la sociedad no le guste lo que tengo para decir sé que a muchos los
puede inspirar y ser de utilidad. Por lo tanto voy a a arrancar por lo
importante.
No voy a
aceptar vivir en la virtualidad de mi propia vida. No hice tanto trabajo
interno para no dar la estocada final, obtener los famosos cinco pesos para mi
felicidad.
Tengo mucho
para decir, sé que este es sólo el comienzo, el romper la última estructura que
me queda por romper en este momento. Tenemos que reencontrarnos con la
creatividad, con la expresión, es momento de encontrar nuevas maneras de
vincularnos, de compartir, de aprender, de reconstruír este planeta, hay que
derribar estructuras viejas y plantar nuevas.
Me acepto y
me amo como soy más allá de no tocar el ukelele como se supone que se “debe”
tocar, de no lookearme como es “debido”, de no ensayar lo suficiente, de dejar
lugar a la improvisación, a ser uno mismo, a transmitir, a comunicar, de no ser
la prolijidad en persona, de no ser disciplinada y obediente. Gracias al cielo
que no lo soy, porque sino yo ya no debería estar aquí después de haber cargado
como chivo emisario el karma familiar de dolor, locura, frustración, falta de
amor y de construcción yoica.
Hoy puedo decir que finalmente he llegado al momento tan esperado durante tantos años. El momento de Ave Fénix, de autoiniciarme y decir con alegría y a viva voz ESTOY VIVA.
Hoy puedo decir que finalmente he llegado al momento tan esperado durante tantos años. El momento de Ave Fénix, de autoiniciarme y decir con alegría y a viva voz ESTOY VIVA.
Mariana Méndez
31/08/2013
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