lunes, 9 de septiembre de 2013

Viajar Liviana...

Dejo de resistirme y suelto mis amarras una vez más. Hoy no puedo vaciar el llanto acumulado, y por algo será. Yo creo que llegará finalmente el momento en que llore de emoción y alegría. Toda mi vida ha sido un gran desafío y sé que eso no va a cambiar.
Me encantaría ser perfecta, pero soy perfectamente humana, verdaderamente vulnerable y hoy en día extremadamente auténtica, cada día más, con la suficiente libertad para reconocer mis sentimientos y permitir mis emociones.
No he podido dejar mi pasado atrás como muchos me han sugerido. También me hubiese gustado, pero yo elegí otro camino y yo no estoy avergonzada, estoy orgullosa de las rutas que he tomado y los escollos que la vida me ha puesto delante.
Hoy quiero viajar liviana. Sin resistirme, porque eso es nuevamente una perversión a mi alma, cuando uno siente que tiene mucho para ofrecer y para dar. Por lo tanto finalmente llego al principio encontrando el inicio al final. El perdón y agradecimiento a todo lo vivido. Trabajé toda mi vida para llegar a este momento.
Insisto, hoy, quiero viajar liviana contra toda la heteronimia busco ser autónoma.
Soy una artesana de mi vida. Eso es lo que soy, cada momento de mi vida cambia y acepto la transmutación. Acepto morir y renacer. Han sido años de conocer la muerte y buscar encontrar la vida en el camino.
Soy la expresión de la libertad pero quiero vivir en libertad. Ya no callo más y aunque a la sociedad no le guste lo que tengo para decir sé que a muchos los puede inspirar y ser de utilidad. Por lo tanto voy a a arrancar por lo importante.
No voy a aceptar vivir en la virtualidad de mi propia vida. No hice tanto trabajo interno para no dar la estocada final, obtener los famosos cinco pesos para mi felicidad.
Tengo mucho para decir, sé que este es sólo el comienzo, el romper la última estructura que me queda por romper en este momento. Tenemos que reencontrarnos con la creatividad, con la expresión, es momento de encontrar nuevas maneras de vincularnos, de compartir, de aprender, de reconstruír este planeta, hay que derribar estructuras viejas y plantar nuevas.

Me acepto y me amo como soy más allá de no tocar el ukelele como se supone que se “debe” tocar, de no lookearme como es “debido”, de no ensayar lo suficiente, de dejar lugar a la improvisación, a ser uno mismo, a transmitir, a comunicar, de no ser la prolijidad en persona, de no ser disciplinada y obediente. Gracias al cielo que no lo soy, porque sino yo ya no debería estar aquí después de haber cargado como chivo emisario el karma familiar de dolor, locura, frustración, falta de amor y de construcción yoica.

Hoy puedo decir que finalmente he llegado al momento tan esperado durante tantos años. El momento de Ave Fénix, de autoiniciarme y decir con alegría y a viva voz ESTOY VIVA.

Mariana Méndez
31/08/2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario