domingo, 25 de agosto de 2013

Como no le hacemos el amor a la vida...

Hay días fuertes, hoy tuve uno de esos días, esos días en los que la energía se apodera de uno y se te planta como un espejo para que la veas, para que logres aceptarla, te guste o no.
Hay cosas que son inevitables. Pero a su vez nos muestran un camino, dentro de esos límites de lo que somos, podemos encontrarnos.
Hay un lugar en el cual confío, pero a su vez lo aborrezco porque me lleva a hacer cosas que preferiría no hacerlas.
Mi energía es complicada de manejar, de conducir, pero desde que tengo mi carnet de conductor y he superado la etapa de principiante todo va mejor.
El tema es que el tránsito y el embotellamiento me exhasperan y me inundan.
El tema es que moriré haciendo catarsis, porque soy limpieza energética, no creo ser armonía aunque les apuesto que me encantaría, pero otra es mi energía. Más tardo en aceptarla y más me resisto, peor es.
Estamos teniendo una batalla campal, y en esto afirmo porque ya me voy poniendo categórica pero hay una energía que debe morir para dejar pasar lugar a lo nuevo.
Ya no soporto el silencio argentino ni el silencio mundial. Estamos en época de guerra con nosotros mismos, con las estructuras, con lo que nos han enseñado. Es un tiempo final. Deberíamos no sobreadaptarnos tanto. Yo no puedo mirar más hacia otro lado, eso siempre me termina consumiendo, tarde o temprano termino haciendo un acto liberador para expulsar lo que no sirve, y debo hacerlo público porque ya aprendí y confirmé mi recorrido y mi energía son útiles y necesarios. Me guste o no. Lo acepte o no. Hay cosas que no cambian.
Hoy tengo un día en el que quisiera escupir, ya me cansé de deglutir este bolo alimenticio interminable, quiero paz, por lo menos en mi interior, la guerra afuera seguirá.  Ironicamente mi paz interior tiene que ver con expulsar el caos que vivo y siento. El caos se me vuelve propio por no soltarlo. Pero no es mío, no me pertenece, ya no . Yo estoy logrando la comunión con mi espíritu.
No quiero un país con miedo, no quiero un país sin educación, quiero un país saludable, con respeto a las opiniones ajenas, un país unido, en libertad, en comunión, amoroso.  Pero a los argentinos parece gustarles que le digan lo que tienen que hacer, pero yo no soy de esas. No puedo aceptar la derrota, no puedo aceptar un mundo con niños que no saben jugar, que no están en contacto con la naturaleza, niños donde una máquina pasa a ser el mejor amigo, el mejor compañero, la sabiduría del hombre en una pantalla. Estamos yéndonos a la mierda. NO tengo otra forma de decilro, ya me están cansando las metáforas y la poesía. La violencia pasó a ser la energía de comunión. Y yo no lo voy a aceptar porque no está en mi naturaleza, me guste o no. Yo sé que en definitiva se trata de mi propia lucha. Pero tiene que existir un punto final, un basta hasta aquí llegué, un estoy re podrida. Algo que nos permita ver que esto así ya no corre más.
Estamos perdiendo nuestra esencia como país, estamos en un caos absoluto, BASTA, tirá todo a la mierda, de qué sirve seguir sosteniendo algo que no nos pertenece. Debemos soltarlo, abandonar una lucha estéril para pasar a rescatar los valores, los nuestros, antes de que se mueran del todo. Esto tiene que cambiar. No quiero un país enemistado, quiero un país con afecto, donde nos sintamos seguros y escuchados.
Estoy cansada de los que defienden nuestra bandera detrás de politiquerías de turno, ladrones, roba vidas.
Mi vida es mía y mis valores también, los construí con mucho esfuerzo y no estoy dispuesta a regalarlos, ni me vendo al mejor postor.
Metidos en peleas estúpidas que solo abren brechas, no unen nada. Divide y reinarás. No se dan cuenta? Piensen más allá, más allá de lo mundano ¿qué nos está pasando? ¿a dónde se ha ido nuestra vida? BASTA, DECÍ BASTA, alguna vez tené el coraje de encararte y preguntarte ¿para qué vivo? ¿por qué vivo? ¿qué es lo que vale la pena? ¿qué estoy haciendo de mi vida y de la de nuestros hijos?
Esto se tiene que terminar, tenemos que vibrar distinto, tenemos que vibrar en el amor y no en  el miedo.
El miedo engendra más miedo y violencia. ¿qué querés? ¿qué ganás con el miedo? ¿cuál es el beneficio? yo no quiero una ruleta rusa, yo quiero vivir en paz, en armonía, LIBRES. ¿Cuál es la libertad  que tenemos en esta democracia? ¿Qué estás consiguiendo? ¿A qué precio? ¿Qué pasa con nuestros hijos que ni las tablas les enseñan, que quieren inventar una especie de matemática intuitiva, qué pedorrada... lo técnico es técnico y morirá técnico, distitno es lo humano. ¿Cuántas más pantallas les vamos a enchufar a nuestros hijos en la cara? ¿Cuánto más vamos a dejarlos estupidizarse, cuanto más vamos a permitir de estas adicciones tecnológicas, cuánto más desvinculación de la vida, del debate, del amor, de la naturaleza, de la comunión, de la experiencia de vivir, vamos a permitir? ¿Cuánta vagancia vamos a seguir educándoles?
Saben qué???? Como no le hacemos el amor a la vida, la vida nos está garchando por el orto!!!
P.D.: sufro de exceso de empatía, alta sensibilidad, inadecuación esencial, adulto índigo, cristal, personalidad creativa y más...