jueves, 25 de abril de 2013

AQUÍ ESTOY

Otro texto viejito viejito...

"AQUÍ ESTOY"
Mariana Méndez

Me desperté temprano y descubrí que no estabas. En ese momento sentí un vacío en mi interior, pero luego de unos segundos se transformó en una catarata de lágrimas; pero no eran de tristeza, sino que eran un nudo dentro mío, una acumulación de inconformidades que fui juntando a lo largo de estos años. En mi mente transcurrían imágenes de nuestros momentos; nuestras discusiones, nuestras locuras, nuestras incomprensiones, y esos pocos momentos lindos que tuvimos en nuestro comienzo, ya, tan lejano...
Luego de varias horas de llanto, mi mente, mi cuerpo, se inundó de paz, una paz profunda que me dio la fuerza para salir a flote de tanto tiempo de angustia.
Llamé al trabajo para avisar que no iba a ir; decidí que ese día era para mí, necesitaba reflexionar, hacer un balance de todo o mejor dicho, lo poco, que había sido mi vida.
Corría el riesgo de descubrir algo que no me agradara, pero tenía que hacerlo. Muchas cosas dependían de ése día, lo que yo iba a construír, a crear nuevamente. Muchas horas de mi vida habían ido desapareciendo tan rapidamente que era hora de frenar el reloj, para poder darle cuerda otra vez.
Me bañé, me cambié y decidí ir a caminar un rato, preferí la plaza. Ver tantos niños jugando alegremente, con su frescura inigualable, me brindó parte de la alegría y los recuerdos que se habían ido desvaneciendo a lo largo de éstos años que pesaban en mi espalda.
Alguien dijo que lo único que necesitamos es amor, pero ya no creo que esto sea así. El amor nos embriaga y cuando ha pasado, nos encontramos con fuertes dolores de cabeza y deseamos no haber amado. Lo que pasa es que el amor puede cegarnos o brindarnos luz; todo depende de nosotros, y esa es una certera verdad. El amor aparece cuando menos lo esperamos y es por eso que nos encuentra desprotegidos, desarmados. Y nos toma de la mano, y lo seguimos. Pero un día ese amor nos suelta y nos sentimos perdidos, sin nadie a nuestro alrededor, sólo nosotros y nuestra incertidumbre. No sabemos dónde ha quedado nuestra familia, amigos, proyectos, ideales, etc. Solo encontramos entes que caminan cerca nuestro que no hablan, no piensan, solo hacen cuentas; también encontramos espíritus, como el nuestro que vagan entre ésos entes sin un futuro, sin un objetivo; solo esperan a ése amor que los dejó olvidados. Es ridículo que vuelva, pero cuesta mucho aceptar y darse cuenta que ya no volverá y que nuestra vida se pierde, y esas horas pasadas buscándolo tampoco volverán.
Hoy me dí cuenta de que había dejado muchos proyectos sin realizar; el amor me había atrapado y yo dejé todo de lado por estar con él, pero gracias a que te fuiste me dí cuenta de que no estaba viviendo.
Al principio no teníamos problemas, pero el tiempo pasó y nuestro amor no creció; no pudimos ofrecerlo a los demás, nos hicimos chiquitos. Yo vivía preocupada por nuestros conflictos. Compartíamos las mismas habitaciones, la misma cama, pero no los mismos ideales, ni las mismas esperanzas; dejamos de saber qué le ocurría al otro, nos perdimos en algo que fue amor, pero que ahora se había convertido en indiferencia, ya ni me interesaba mi propia vida. hiciste bien en irte, yo también lo deseaba pero no tenía el valor suficiente para hacerlo. Creo que a pesar de que mi vida no era vida, era más arriesgado separarse que seguir juntos, porque sería dejar a la vista que existían inconvenientes y que ya no nos creaba ningún beneficio el estar juntos, tenía que aceptar que me quedaría sola, que había dejados olvidados a mis amigos y familiares, carrera, hobbies, etc. Y ni siquiera había logrado ser persona.
Pero aquí estoy, y no me arrepiento; porque siempre hay tiempo para volver a comenzar, no importa cuantas veces deba hacerlo, lo importante es que lo haga. Aquí estoy, con mis dudas, mis auto críticas, pero con ganas de salir adelante, porque sé que tengo muchas cosas que recobrar en mi interior y en lo que me rodea. Porque me perdí, y tengo que encontrarme, porque no dejé de ser, porque en algún lugar estoy, porque el que busca encuentra y porque más vale tarde que nunca, estoy aquí, buscándome.